miércoles, 10 de agosto de 2011

Asturias 2011 - Día 3 - "Posada de Valdeón - Pandetrave"

31 de Julio de 2011

Este era uno de los días críticos marcados en el calendario: los picos de europa. Nuestra idea inicial era hacer el macizo oriental, una vuelta a la plaza, como los toreros. Madrugamos (tampoco hubiera hecho falta, en cuanto sale el sol las vacas ya están pastando y nos despertaban con sus cencerros) un poco pues el punto de inicio estaba en la Posada de Valdeón (León), a unos 60 y pico kilómetros de Cangas. Amaneció un dia despejado y estupendo, el mejor según el plan metereológico de los que nos ibamos a encontrar los días sucesivos en los que se esperaban lluvias. Este fue el recorrido:

Reseña altimetría Pandetrave

Perfil y dificultad: 100 BB (ver en wikiloc)


Datos de la ruta realizada: 



Partimos esta vez sin dejarnos nada y el camino la verdad es que fue bastante mareante: curvas y más curvas, entre montañas desfiladeros, carriles únicos donde adelantar era casi imposible (y arriesgado). Por el camino degustamos (u olimos mejor dicho) los aromas de los pueblecitos que recorrimos a pan de leña y embutidos de la zona. Además reparamos incluso en un incendio, que después de parar y preguntar a un hombre con un tractor nos dijo que no avisaramos al 112, que era una quema de matojos. Retomamos el camino algo extrañados la verdad, pues el incendio nos pareció considerable. Hora y media después llegamos a nuestro destino. Un bonito hotel y una verde pradera nos esperaban para preparar nuesta salida.


Preparamos las bicis y después de hacernos unas cuantas fotos salimos por el pueblo de Posada de Valdeón donde se ubicaba la posada/hotel/hostal hacia la ruta que marcaba el GPS de Robe.


Pronto Rober se dió cuenta de que el GPS marcaba lo que le salía de los pies, asi que simplemente decidimos seguir la ruta de la carretera que nos marcaba en un principio, que era una vía asfaltada y estrecha que iba en paralelo a una comarcal. Varios paneles de senderimso parecían indicar esta misma asi que la seguimos buen rato, con unas cuestas de aupa que así, en plan para empezar nos pusieron las piernas calientes y como piedras (no seáis mal pensados) hasta llegar a un pueblecito intermedio, Santa María de Valdeón, que cruzamos y dimos de nuevo con la comarcal. En este punto no teníamos ni idea de para donde tirar asi que como vimos que pasaban poquísimos coches por la comarcal y esta tiraba para arriba, para allí que fuimos.


Y menuda subida, pasamos las primeras señales y algunas asustaban pues marcaban desniveles del 6%, 9% e incluso mucho más. Allí seguimos dándolo todo, el sol ya pegaba. La subida fue bastante asfixiante (por el calor y la altitud que se notaba mucho) si bien las sombras de los árboles ayudaban, al coronar (entre hora y cuarto y hora y media tardamos en subir los 11 o 12 kms) reparamos en que se trataba de un puerto llamado Pandetrave (1562 m), Rober cogió una pájara de espanto y tocó esperarle.


Allí había vacas y gente mirando desde el mirador, parecía un sitio tranquilo. Después de comer algo y refrescarnos decidimos que ya que estabamos algo perdidos sin GPS y track tomar el descenso que daba a la otra vertiente del puerto y enflechados nos lanzamos hacia abajo, otros 10 o 11 kilómetros a muerte, cogiendo más de 60 km/h.


Cuando la cosa se puso de nuevo llana decidimos volver, pues realmente no teníamos ni idea para donde iba la carretera y tampoco vimos ninguna pista de tierra o similar por la que pudiéramos retomar alguna senda diferente. Así pues, de nuevo otra subida de aupa, de casi 1 hora para arriba. Al llegar Quintín nos cuenta una de sus historias desvariantes: ¡Joder y mis guantes! Pues macho, mala suerte si te los has dejado abajo, asi que a resignarse y a seguir. Luego ya se vería el desenlace, todo debía ser cosa del mal de altura.

Una instantánea de la zona desde lo alto del puerto una vez recoronado por la otra vertiente:


Retomado el puerto esta vez por la otra vertiente, bajamos a toda mecha hacia Posada de Valdeón donde acabó nuestro recorrido. Quintín se anotó casi 80 km/h en la bajada y el Rober por el estilo pues bajaban todo enciscados y picados. Casi nada el hombre cinético y más al llegar pues reparó en que los guantes se los había dejado en el coche (los dos pares de guantes)!!!!. Nos echamos unas buenas risas a su costa, parece que lo de la memoria no iba con nosotros en estos dos primeros días.


Nos habíamos dado un buen tute y estábamos exahustos, sin duda no hubieramos podido con el macizo oriental entero. No todo es querer, asi que volvimos a casa a comer de nuevo (comida-cena, a base de un plato gigante de spaguetis), limpiar las bicis y a acostarnos pues mañana pronosticaban lluvias y decidimos partir de Cangas a la subida del Mirador del Fito.

Otra buena paliza nos esperaba y... Triskis, un nuevo compañero.

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